Agustina Borrás adoptó a su hija Silvia hace 22 años, enfrentándose a la maternidad con un compromiso inquebrantable hacia la sociedad y la justicia. A pesar de conocer las necesidades clínicas de Silvia, quien requiere cuidados constantes debido a su discapacidad, Agustina ha afrontado una montaña rusa emocional, navegando entre miedos y ajustes diarios. Como presidenta de ASPACE Madrid, encuentra apoyo en entidades que facilitan la educación y desarrollo de Silvia, y en asociaciones como Guerreros Púrpura que le brindan una red de soporte emocional. A pesar de las adversidades, Agustina reclama mayor flexibilidad laboral y políticas públicas de apoyo para cuidadoras, destacando la importancia de cambiar la percepción social sobre la discapacidad y eliminar barreras burocráticas. A sus 54 años, mira el futuro con la esperanza de que se extiendan beneficios como la CUME, para seguir garantizando el bienestar de quienes dependen de cuidados intensivos.
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