Recientemente, un destacado logro en el ámbito de la arquitectura ha puesto a la localidad de Garralda, Navarra, en el mapa del reconocimiento internacional. Se trata del proyecto arquitectónico denominado ‘4 Viviendas de Protección Oficial’, una obra que ha recibido el prestigioso Premio COACM ‘Miguel Fisac’ en la categoría 4 de los Premios de Arquitectura y Urbanismo otorgados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM).
Este proyecto, creado por los arquitectos Nazareth Gutiérrez, Rodrigo Núñez y Juan Carrascosa, ha captado la atención por su habilidad para integrar de manera excepcional los elementos tradicionales de la arquitectura local con un enfoque innovador. La obra, diseñada con el objetivo de integrarse visual y funcionalmente con el paisaje del valle de Aézcoa, ha sido elogiada por proporcionar una alta calidad habitacional y demostrar una profunda sensibilidad hacia su entorno.
Rodrigo Núñez, uno de los arquitectos del equipo, comentó sobre la profunda investigación llevada a cabo en torno a la historia y las tipologías del caserío vasco-navarro. Esta labor permitió la reinterpretación de elementos arquitectónicos tradicionales, como las cubiertas a dos aguas y las fachadas de revoco blanco, confiriendo a las viviendas una estética que respeta la identidad local mientras busca la modernidad.
El proyecto consta de dos volúmenes arquitectónicos con cubiertas de pronunciada pendiente, concebidos para dialogar armoniosamente con el entorno. La elección de materiales como el mortero blanco y la madera de pino termotratada no solo asegura esta armonía visual, sino que también cumple con rigurosos estándares de sostenibilidad y accesibilidad. En particular, se prestó especial atención a las normativas de seguridad contra incendios, lo que permitió el uso innovador de la madera en las cubiertas.
Además de su excelencia arquitectónica, el proyecto se destaca por su flexibilidad y adaptabilidad, facilitando diversas formas de habitar a través de su diseño. Las amplias terrazas fueron pensadas para establecer una conexión directa entre los residentes y el paisaje circundante, fomentando una interacción fluida con la naturaleza.
Finalizada en septiembre de 2022, tras un arduo proceso iniciado en octubre de 2020, la obra no solo ha cosechado elogios por su técnica y estética, sino también por su compromiso con la sostenibilidad y la diversidad del entorno. Este galardón se suma a otros reconocimientos, incluyendo una mención en el Premio Luis Moreno Mansilla en la XVI Bienal de Arquitectura y Urbanismo Española.
Nazareth Gutiérrez expresó su satisfacción con la recuperación de estos premios y subrayó el papel fundamental de los colegios de arquitectos en la promoción de la arquitectura de calidad. Destacó también la importancia de figuras históricas como Miguel Fisac en la creación de nuevos lenguajes que armonizan tradición y modernidad, un espíritu que sin duda inspira futuros proyectos en la región y más allá.