Eurovisión, en su 69ª edición, volvió a captar la atención del público español, especialmente de los jóvenes, gracias al renovado interés generado por el Benidorm Fest. La polémica participación de Israel y las tensiones entre RTVE y los organizadores debido a comentarios sobre el conflicto de Gaza marcaron el evento. Melody representó a España y su actuación fue vista por 6.114.000 espectadores, alcanzando un 50,4% de cuota. En total, la final congregó a una media de 5.884.000 televidentes, un millón más que el año anterior. Austria ganó, mientras que Israel quedó segundo y Melody antepenúltima. Los especiales previos y posteriores también atrajeron un significante seguimiento, destacando «La noche de Melody» con una cuota del 36,6%. La final batió récords en RTVE Play, con 839.544 visitantes únicos, duplicando cifras de 2024.
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