Un objeto de cristal de roca, adornado con más de 4,500 diamantes, ha sido calificado por expertos como la creación más lujosa de Fabergé para la familia imperial rusa. Esta pieza destaca por su intrincada elaboración y el uso de materiales preciosos, que subrayan la opulenta relación entre el prestigioso joyero y la antigua dinastía zarista. La artesanía de Fabergé, siempre sinónimo de lujo y exclusividad, se manifiesta aquí en su máxima expresión, consolidando su legado en la historia de la alta joyería.
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