La creciente exposición de los adolescentes a la violencia sin ningún tipo de filtro se ha convertido en un problema preocupante en nuestra sociedad contemporánea. Esta situación se ve agravada por el fácil acceso a internet, las redes sociales y los contenidos audiovisuales explícitos que, en muchas ocasiones, no cuentan con la supervisión adecuada por parte de los adultos. Expertos en psicología infantil y juvenil advierten sobre el impacto negativo que esta exposición puede tener en el desarrollo emocional y social de los jóvenes, incrementando la desensibilización frente a situaciones violentas y afectando su capacidad para gestionar adecuadamente sus emociones. Se subraya la necesidad imperiosa de implementar medidas más estrictas de control parental y educación mediática para mitigar este fenómeno en expansión.
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