A partir del 1 de enero de 2026, España implementará cambios clave en la edad legal de jubilación que afectarán a quienes planean retirarse próximamente. La edad ordinaria de jubilación aumentará a 66 años y 10 meses para aquellos que no hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses. En contraste, aquellos que cumplan con este mínimo podrán jubilarse a los 65 años. Este ajuste es parte de un proceso gradual que busca estabilizar la jubilación a los 67 años para 2027, salvo para quienes cumplan con los requisitos de cotización.
El cálculo de la pensión también experimentará modificaciones. Aunque se mantiene el requisito mínimo de cotización en 15 años, de los cuales al menos dos deben estar dentro de los últimos 15 años antes de jubilarse, se introduce un cambio en la obtención del 100% de la pensión contributiva. Para 2026, será necesario haber cotizado 36 años y 6 meses, sentando las bases para futuros aumentos en este periodo exigido.
La jubilación anticipada voluntaria también se ajustará, aplicando coeficientes reductores más altos para quienes no alcancen el tiempo de cotización necesario y modificando la edad mínima para acceder a este beneficio de acuerdo con los años cotizados. Estas medidas pretenden fortalecer la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social frente al envejecimiento poblacional y el desequilibrio entre cotizantes y pensionistas, al tiempo que intentan proteger a los trabajadores con extensas y continuas carreras de cotización.
Para quienes están cerca de la jubilación o considerando estos cambios en su situación laboral, es crucial revisar el historial de cotización y evaluar las implicaciones de una jubilación anticipada. La planificación y un análisis detallado de la trayectoria laboral pueden ser esenciales para una transición exitosa a la jubilación, evitando impactos negativos en la pensión y asegurando un proceso más favorable bajo las nuevas normativas.