La fractura transatlántica se profundiza mientras Emmanuel Macron convoca una cumbre en París para abordar la seguridad de Ucrania, tras el distanciamiento de Estados Unidos en la conferencia de Múnich. Francia y Reino Unido, ambos poderes nucleares europeos, buscan liderar el apoyo a Ucrania ante la ya evidente disgregación con EE.UU., que bajo el liderazgo de Donald Trump prioriza otras agendas. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha declarado por primera vez su disposición a desplegar tropas en Ucrania post alto el fuego, enfocado en fortalecer la seguridad europea. Por su parte, las ausencias de países como Hungría, y los desafíos que enfrentan otros líderes europeos reflejan tensiones internas y una creciente necesidad de independencia en la defensa continental. Sin la esperanza del respaldo estadounidense, Europa debe encontrar cohesión y estrategias claras para la estabilidad de su región, afrontando un «desafío histórico» al redefinir su papel en la seguridad global.
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