En Barcelona, la movilización de vecinos y jóvenes empresarios ha evitado el cierre de dos emblemáticos bares debido a la jubilación de sus propietarios. L’Agullers, ubicado en el barrio del Born, ha mantenido su esencia gracias a la intervención de Joan Manubens y sus socios, quienes han logrado conservar el ambiente tradicional sin modificar su oferta culinaria. Similarmente, La Taronja, en Sant Gervasi-Galvany, fue preservado por Amelia Platón, quien unió fuerzas con el influencer Rafuel para mantener el espíritu del local, añadiendo variedad a su reconocida carta de tortillas. Ambos establecimientos destacan la importancia de preservar la autenticidad y cultura local en una ciudad cada vez más globalizada.
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