En un comunicado emitido recientemente, William O’Neill, experto de la ONU en derechos humanos para Haití, condenó enfáticamente los ataques dirigidos a hospitales, clínicas y al personal sanitario en la nación caribeña, perpetrados por bandas armadas. Estas agresiones han puesto a las instalaciones de salud al borde del colapso, agravando una crisis humanitaria que ya de por sí es crítica.
O’Neill destacó un incidente particularmente alarmante ocurrido el 17 de diciembre en el Hospital Bernard Mevs de Puerto Príncipe, y también mencionó la tragedia del 24 de diciembre en el Hospital General, donde varios periodistas y un policía fueron asesinados. En declaraciones contundentes, el experto denunció que los criminales han asesinado y secuestrado a médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios, incluso a cooperantes humanitarios.
La devastación provocada por estas bandas va más allá de la violencia directa. Según O’Neill, las bandas no solo han atacado sino que también han saqueado y destruido varias instalaciones médicas, lo que ha forzado el cierre de muchos hospitales y clínicas, dejando a la población de Puerto Príncipe con apenas el 37% de sus instalaciones sanitarias operativas.
La situación se torna aún más preocupante al considerar el brote potencial de enfermedades como el cólera y la tuberculosis, exacerbado por la dificultad para acceder a servicios de salud. O’Neill subrayó el impacto que esta escalada de violencia tiene sobre millones de haitianos, particularmente los más vulnerables, incluyendo a niños que viven en condiciones de extrema precariedad, violando flagrantemente su derecho a la salud.
Además de las infraestructuras sanitarias, el entorno para los periodistas en Haití se torna cada vez más peligroso. O’Neill resaltó el ambiente hostil enfrentado por los profesionales de la información, muchos de los cuales han sido asesinados o forzados a exiliarse debido a amenazas de muerte, reflejo de un contexto de inseguridad generalizada.
Ante este panorama desolador, O’Neill hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para que brinde apoyo a Haití en su lucha contra la ilegalidad predominante y en la restauración del derecho a la salud. Instó también a las autoridades haitianas a investigar minuciosamente y llevar ante la justicia a quienes están detrás de estos crímenes, reafirmando la necesidad de una respuesta coordinada para superar la crisis de seguridad que asola el país.