Dos embarcaciones precarias, conocidas como pateras, fueron interceptadas mientras transportaban a unas treinta personas cada una hacia las costas españolas. Entre los ocupantes se encontraban mujeres y niños, lo que subraya la peligrosidad y desesperación de estos intentos por alcanzar suelo europeo. Las operaciones de rescate se llevaron a cabo bajo condiciones complejas, reflejando una vez más la crisis migratoria continua en el Mediterráneo y el desafío humanitario que representa para las autoridades.
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