La industria automovilística española está apostando por la producción de coches eléctricos pequeños como una estrategia para revitalizar la manufactura nacional y avanzar hacia la sostenibilidad. Estos vehículos, que consumen menos recursos durante su fabricación y ofrecen una solución eficaz para la movilidad urbana, están ganando terreno frente a los modelos tradicionales, en un contexto donde la demanda de automóviles más ecológicos continúa en ascenso. Esta tendencia no solo busca reducir la huella de carbono del transporte, sino también posicionar a España como un actor clave en el mercado de vehículos eléctricos en Europa, creando empleo e impulsando la innovación tecnológica en el sector.
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