Los rebeldes sirios han tomado control de Sednaya, una localidad conocida por albergar uno de los sistemas penitenciarios más temidos del país, descrito como un «gulag» para prisioneros políticos. Según fuentes locales, estas instalaciones incluyen dispositivos de tortura de diseño medieval y kilométricas prisiones subterráneas. Sednaya, acusada por grupos de derechos humanos de ser epicentro de detenciones arbitrarias y desvanecimientos forzados, ha sido durante mucho tiempo símbolo del régimen autoritario del presidente Bashar al-Assad. El avance rebelde no solo expone las brutalidades internas que se han desarrollado en secreto, sino que también puede marcar un punto de inflexión en la prolongada guerra civil siria.
Leer noticia completa en El Mundo.