Una idea que parecía salida de una novela de ciencia ficción está ahora en el horizonte real: centros de datos autoensamblables en el espacio. La startup Starcloud y Rendezvous Robotics, una spinoff del MIT, han unido fuerzas para desarrollar esta infraestructura en órbita, la cual promete revolucionar el ámbito digital.
Starcloud planea lanzar el próximo mes un satélite equipado con una GPU NVIDIA H100, marca el inicio de un ambicioso proyecto. El objetivo es crear un hiper-data center de 5 gigavatios en el espacio, equipado con paneles solares y radiadores de unos 4×4 kilómetros. La visión de este futuro ha captado la atención de figuras como Elon Musk, quien ha señalado la intención de SpaceX de implementar características similares con sus satélites Starlink V3.
Este enfoque busca superar las limitaciones actuales de los centros de datos terrestres, especialmente en términos de consumo energético, refrigeración y espacio físico. La órbita baja de la Tierra ofrece acceso a energía solar constante y un entorno libre de las limitaciones de suelo y calor que enfrenta el planeta.
Rendezvous Robotics ha sido clave en esta iniciativa, aportando su tecnología de módulos «baldosa», que se despliegan y autoensamblan en el espacio mediante electroimanes y guiado autónomo. Estas estructuras podrían configurarse para formar grandes superficies necesarias para la captación de energía solar y la disipación térmica.
Sin embargo, la implementación de esta tecnología no está exenta de desafíos. La gestión térmica, la protección contra la radiación, la latencia y la seguridad son algunos de los obstáculos que deben superarse. Además, el espacio ya enfrenta problemas de congestión con basura espacial, lo cual agrava la complejidad logística y regulatoria.
A pesar de estos retos, el proyecto promete grandes beneficios para diferentes sectores, desde gobiernos hasta empresas privadas, proporcionando capacidades de computación avanzadas y seguras, comunicaciones globales y redundancia en la infraestructura digital.
Aunque el desarrollo completo de un «5 GW» orbital podría tomar una década, las demostraciones iniciales ofrecen un vistazo a un futuro donde el espacio se convierte en el próximo terreno fértil para la expansión tecnológica. La iniciativa sugiere que el autoensamblaje en órbita podría ser una solución viable para las crecientes demandas energéticas de las tecnologías basadas en inteligencia artificial.
El proyecto, aún en sus etapas iniciales, representa una combinación audaz de innovación y necesidad, impulsada por la creciente presión de la IA sobre los recursos terrestres. La próxima aventura tecnológica parece estar a un lanzamiento de distancia.
