Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y La Liga han publicado recientemente un estudio en la revista Scientific Reports que profundiza en cómo varían la magnitud y el ángulo de la velocidad de los jugadores de fútbol según la distancia al balón y las fases del juego, tanto defensivas como ofensivas. La investigación pone de manifiesto que el rol de cada jugador dentro del equipo tiene una influencia considerable en sus patrones de velocidad.
El análisis revela que la velocidad de los jugadores se incrementa a medida que se acercan al balón, aunque disminuye ligeramente al llegar a él. Los datos de velocidad fueron clasificados en función de la distancia al balón (hasta 3 metros, de 3 a 10 metros y más de 10 metros) y mediante una media de velocidad para distancias entre 0,5 y 50 metros del balón. Este estudio empleó datos procesados a través del sistema Mediacoach, una avanzada herramienta de videoanálisis que integra datos físicos y tácticos, utilizando métodos estadísticos para su evaluación.
Los resultados muestran que los jugadores corren a mayor velocidad durante la fase defensiva, en comparación con la ofensiva. No obstante, una excepción notable son los porteros, quienes actúan con mayor rapidez en ataque cuando la pelota está lejos. Además, se observó que los jugadores alcanzan mayores velocidades cuando se encuentran cerca de los carriles laterales del campo.
En términos de ubicación en el terreno de juego, la mayoría del tiempo se pasa en la zona de progresión y en las calles centrales. En estas áreas, los jugadores ejercen una presión defensiva intensa para recuperar el balón rápidamente y avanzar hacia la portería rival. Las velocidades más altas se registran cuando los jugadores están próximos al balón, ya sea presionando a un oponente o tratando de desmarcarse de un defensor.
Abraham Sánchez Aliaga, investigador de la UPM y miembro del equipo de trabajo, explicó que estos conceptos tácticos, que categorizan a los jugadores según su proximidad al balón y a los adversarios, ilustran cómo el fútbol, a pesar de ser un deporte colectivo, requiere que cada individuo resuelva situaciones grupales mediante decisiones y pensamientos rápidos.
El estudio también revela variaciones significativas en la dirección de la velocidad (ángulo de carrera) según la posición de los jugadores. Los porteros tienden a moverse de manera paralela al balón, especialmente en fase defensiva, debido a que su posición cercana a la portería demanda movimientos intensos y decisivos. Por su parte, los defensores suelen moverse paralelos al balón durante la defensa y orientarse más hacia él durante el ataque. Los delanteros, en cambio, muestran un comportamiento inverso: corren más hacia el balón en defensa y de manera más paralela durante el ataque, siendo cruciales en la presión al adversario durante la fase defensiva.
Finalmente, el estudio avanza en el análisis táctico de los movimientos de los jugadores, resaltando tanto aspectos cuantitativos como cualitativos. Los investigadores concluyen que una comprensión más profunda de cómo se mueven los jugadores en relación con la distancia al balón y sus roles puede mejorar en gran medida la evaluación y el entrenamiento por parte de entrenadores, analistas y preparadores físicos.