El inicio de la pandemia de COVID-19 representó un punto de inflexión en el campo de la medicina. La situación desencadenó una multitud de estudios encaminados a encontrar soluciones para frenar el avance del coronavirus. Mientras unos se centraban en el desarrollo de vacunas, otros se abocaron a la creación de técnicas diagnósticas accesibles para el mundo entero.
Al principio, las pruebas PCR se consolidaron como una de las pocas técnicas que proporcionaban resultados precisos. Sin embargo, su alto costo y la necesidad de personal y equipamiento especializado limitaban su uso masivo. En respuesta a la creciente demanda de pruebas diagnósticas, los test de antígenos surgieron como una alternativa más rápida y económica, aunque con una menor sensibilidad comparada con la PCR.
En este contexto, un equipo de investigadores del ICFO e IrsiCaixa ha desarrollado un nuevo dispositivo que promete revolucionar el diagnóstico del COVID-19. Este dispositivo, descrito en un reciente estudio publicado en la revista Biomedical Optical Express, es de bajo costo, portátil, sencillo de usar y no invasivo. Utiliza luz para analizar muestras de saliva y puede proporcionar resultados en menos de 30 minutos.
El dispositivo, denominado virómetro de flujo (flow virometer), utiliza un láser para detectar la presencia del virus en un canal microfluídico. Marisa Rodríguez y Jorge Carrillo, investigadores de IrsiCaixa y coautores del estudio, explican: «Vimos que era necesario buscar una alternativa a las pruebas PCR y los test de antígenos que combinara las ventajas de ambas y que también detectara el SARS-COV-2 a partir de muestras de saliva, ya que son más fáciles de obtener y menos invasivas para el paciente».
El equipo colaboró con el ICFO, especializado en el desarrollo de biosensores, liderado por Valerio Pruneri y Alfredo Ongaro. Este equipo logró desarrollar un sensor que, utilizando un par de gotas de saliva y anticuerpos fluorescentes, puede detectar concentraciones de SARS-CoV-2 con una sensibilidad del 91,2 % y una especificidad del 90 %, similar a la PCR pero tan rápida como el test de antígenos.
Rubaiya Hussain, investigadora del ICFO, detalla que «cuando se recogen las muestras de saliva de los pacientes, se introducen en una solución con anticuerpos fluorescentes. Si hay partículas virales, los anticuerpos se adhieren al virus. Luego, la muestra pasa por un canal microfluídico iluminado por un láser, el cual emite una señal si detecta el virus. En menos de un minuto, el lector transmite los picos detectados a una gráfica y se alerta al sistema si la muestra es positiva».
El dispositivo fue probado en un estudio a ciegas con 54 muestras proporcionadas por IrsiCaixa, confirmando 31 de 34 casos positivos con solo 3 falsos negativos. Además, el virómetro de flujo puede detectar hasta 3834 copias virales por mililitro, una sensibilidad significativamente superior a la de los test de antígenos.
Ewelina Wajs, también investigadora del ICFO y coautora del trabajo, destaca la versatilidad del dispositivo. «Seleccionando los anticuerpos adecuados, esta tecnología podría adaptarse para detectar otros virus como los coronavirus estacionales o el virus de la gripe, o incluso bacterias presentes en el agua como Legionella o E. coli, respondiendo más rápido que los análisis convencionales».
El equipo remarca que un solo dispositivo puede realizar hasta 2000 pruebas al día, y que sus componentes económicos y disponibles en el mercado facilitan su fabricación a gran escala. El dispositivo podría reducir los residuos generados por las pruebas PCR y de antígenos, y se perfila como una solución ideal para países en vías de desarrollo con sistemas de salud frágiles y limitado acceso a vacunas.
Además, la simplicidad del uso del dispositivo permitiría su implementación en pruebas de cribado masivo en lugares públicos como restaurantes, escuelas, oficinas, teatros y cines, sin necesidad de personal especializado. Este avance podría ser un paso crucial en la lucha contra la pandemia y en la detección y control de otros patógenos en el futuro.