Teresa Ribera enfrenta complejos desafíos políticos para su candidatura como vicepresidenta y comisaria europea. El Partido Popular Europeo, impulsado por sus homólogos españoles, ha condicionado su apoyo, exigiendo que Ribera comparezca ante el Congreso de los Diputados y se comprometa a dimitir si es imputada por la gestión de la DANA. A nivel comunitario, Ribera debe someterse a un riguroso proceso de evaluación por parte del Parlamento Europeo, el cual requiere el respaldo de dos tercios de los grupos políticos. Este proceso, parte de un pacto entre liberales, socialdemócratas y populares, implica una serie de audiencias y posibles evaluaciones adicionales. La decisión final se tomará en la Conferencia de Presidentes, siendo crucial para la formación del nuevo ejecutivo de Ursula von der Leyen, previsto para iniciar operaciones el 1 de diciembre.
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