En medio de un ambiente tenso, ni la Pascua ortodoxa ni las amenazas de Donald Trump de retirar a Estados Unidos del proceso de tregua entre Ucrania y Rusia han logrado impulsar las estancadas conversaciones de paz. En un nuevo episodio de violencia, Rusia ha lanzado un ataque nocturno con misiles y drones sobre varias regiones ucranianas y ha tomado la localidad estratégica de Shevchenko en Donetsk. Trump ha reiterado su advertencia de que la Casa Blanca podría desentenderse si no se observa progreso, aunque asegura que ambos países aún muestran interés en la paz. Sin embargo, las exigencias rusas, incluyendo la desmilitarización de Ucrania y el reconocimiento de la soberanía rusa sobre ciertas regiones, complican el diálogo. En tanto, la tregua energética de 30 días ha expirado sin acuerdo y la ofensiva rusa continúa en Sumi y Járkov, mientras Ucrania se niega a renunciar al territorio de Kursk. Todo esto en un contexto donde Rusia insiste en demandas consideradas inaceptables por Kiev, lo que mantiene el conflicto en un punto muerto.
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