El Gobierno ruso implementará, a partir de septiembre de 2025, una normativa que prohíbe tener como mascotas a varias especies salvajes, incluidas grandes felinos, reptiles venenosos y diversas aves. La medida, vigente hasta 2031, busca mejorar la seguridad pública frente al aumento de incidentes con fauna no doméstica. Quedan exentos zoológicos y circos. Esta regulación refleja un mayor control estatal sobre las prácticas privadas de los ciudadanos. Sin embargo, la eficacia real de la ley está en duda debido a posibles excepciones para ciertos individuos influyentes, mientras que el ciudadano común deberá optar por mascotas más convencionales.
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