En una noche de intensos enfrentamientos, Rusia lanzó 160 drones y llevó a cabo múltiples ataques en el este de Ucrania, resultando en la muerte de nueve civiles. La ofensiva se desarrolla en medio de rumores sobre la posible interrupción del apoyo militar estadounidense a Ucrania bajo la administración de Donald Trump, según declaraciones contradictorias de autoridades ucranianas. Mientras tanto, en Estados Unidos, altos funcionarios republicanos, como el líder del Congreso Mike Johnson y el vicepresidente J.D. Vance, subrayan la urgencia de buscar una solución negociada al conflicto, alineando su enfoque con la postura de Trump para resolver el conflicto mediante negociaciones, incluida la comunicación con Rusia. Esta situación ha generado tensiones diplomáticas y presiones sobre el presidente ucraniano Volodímir Zelenski para moderar su posición frente a la administración estadounidense.
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