Rusia ha lanzado un ataque masivo sobre la infraestructura energética de Ucrania, disparando 120 cohetes y 90 drones Shahed, según informó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. El bombardeo, que comenzó en la madrugada del domingo y terminó a primera hora de la mañana, dejó al menos dos muertos en Mikolaiv y numerosos heridos en todo el país. Las fuerzas rusas emplearon misiles avanzados como los Kaliber, Kinzhal, Iskander y Zircon, con una efectividad de interceptación por parte de Ucrania del 66%, notablemente inferior al 88% alcanzado en un ataque similar en agosto. Este acto de agresión coincide con las críticas de Ucrania hacia líderes internacionales como el canciller alemán, Olaf Scholz, por su reciente contacto con el presidente ruso, Vladímir Putin, y plantea serias preocupaciones sobre la estabilidad energética en Ucrania con la llegada del invierno. El bombardeo subraya la continua estrategia de Rusia para debilitar la resiliencia del país mediante ataques a sus sectores energéticos, mientras Ucrania se prepara para afrontar el invierno con un sistema reforzado, gracias en parte al apoyo de la Unión Europea.
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