Moscú ha anunciado que ya no se siente obligada por la «moratoria unilateral» que había adoptado tras su salida en 2019 del tratado internacional que limita el armamento nuclear de alcance intermedio. Este cambio de postura refleja un aumento de las tensiones internacionales y una posible escalada en la carrera armamentística, en un contexto global ya marcado por complejas dinámicas geopolíticas. La decisión de Rusia podría tener implicaciones significativas para la estabilidad y seguridad global, con el potencial de desencadenar una reacción en cadena de respuestas por parte de otras potencias nucleares.
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