Rusia, compitiendo bajo la bandera neutral de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), ganó el oro en el Mundial Femenino de Naciones, destacando el impresionante desempeño de Polina Shuválova, quien aseguró nueve victorias consecutivas, lo que la catapultó al top 10 mundial. La conquista rusa fue posible gracias a un permiso especial del Comité Olímpico Internacional (COI) que permitió su participación en equipos, pese a restricciones vigentes. Azerbaiyán y China, sin sus élites, lograron plata y bronce respectivamente. En contraste, la actuación de España fue decepcionante, un aspecto eclipsado por el resurgir de Linares como potencial sede de futuros eventos internacionales tras una etapa de declive económico.
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