Rusia y Ucrania han acordado un intercambio de 2.000 prisioneros, 1.000 de cada lado, tras su primera reunión en tres años, concluida en Estambul con advertencias rusas de que la guerra podría prolongarse 21 años más. Desde la cumbre en Tirana, los líderes de Ucrania, Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia dialogaron con Donald Trump sobre los avances de las conversaciones, pese a que Reino Unido calificó la postura rusa como inaceptable. El asesor del Kremlin, Vladímir Minsky, afirmó que Moscú desea la paz pero está dispuesto a luchar el tiempo necesario. Ucrania criticó a Rusia por exigir la retirada de sus fuerzas de cuatro regiones estratégicas, a lo que los rusos respondieron con amenazas de futuras demandas territoriales.
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