Samsung Electronics se encuentra a punto de protagonizar un avance significativo en su estrategia de semiconductores en Estados Unidos, marcando un hito con una inversión que superará los 50.000 millones de dólares. Este importante desembolso económico, vinculado a contratos estratégicos con Tesla y Apple, se verá reflejado cuando inicie operaciones su planta en Taylor, Texas, a finales de octubre.
El gigante surcoreano, ya pieza clave en el reciente acuerdo comercial entre Washington y Seúl, ha incrementado notablemente su inversión desde los 37.000 millones desembolsados en 2024. Esta decisión llega tras el renovado apoyo del gobierno estadounidense para fomentar la producción de semiconductores en el país, en un esfuerzo por disminuir la dependencia de Asia, impulsado por el CHIPS and Science Act.
El enfoque de esta expansión se concentra en la producción de chips de 2 nanómetros y el empaquetado avanzado, áreas que reforzarán la competitividad de Samsung frente a TSMC. La fábrica de Taylor, esencial para este crecimiento, abrirá sus puertas en octubre de 2025, beneficiándose de contratos existentes con importantes clientes.
Los acuerdos estratégicos con Tesla y Apple han sido catalizadores para este impulso inversor. Samsung producirá chips de inteligencia artificial para Tesla y sensores de imagen para Apple, diversificando así su negocio y sorteando los aranceles sobre importaciones asiáticas.
La magnitud de estas operaciones transforma a Samsung en el segundo mayor fabricante de chips en Estados Unidos. Esta estrategia busca reducir las pérdidas operativas de su división de foundry y proporcionar a las empresas estadounidenses la opción de diversificar su cadena de suministro de componentes críticos.
Además de sus implicaciones económicas, esta inversión tendrá un impacto significativo a nivel laboral y tecnológico en Estados Unidos. La expansión generará miles de empleos calificados en Texas y fortalecerá el ecosistema local de ingeniería y manufactura avanzada, acelerando los ciclos de desarrollo de nuevos productos.
Con el inicio de operaciones de su planta en Taylor y su creciente relación con Tesla y Apple, Samsung refuerza su posición como un actor central en la carrera global por dominar los semiconductores de nueva generación.
