Samsung podría ser la próxima gran empresa extranjera en realizar una inversión notable en Estados Unidos. Así lo aseguró el expresidente Donald Trump, quien destacó el impacto de sus políticas comerciales en Corea del Sur. Según Trump, la empresa surcoreana está planeando construir «instalaciones masivas» en territorio estadounidense, gracias a los aranceles impuestos durante su administración.
La administración Trump, actualmente en negociaciones para actualizar acuerdos comerciales con países como India, Japón y Corea del Sur, parece estar empujando a empresas extranjeras a invertir en Estados Unidos a cambio de un acceso más favorable al mercado. Firmas como Apple, TSMC y SoftBank ya han anunciado inversiones multimillonarias en el país, y Samsung parece seguir sus pasos.
Samsung tiene una presencia importante en Texas, en las localidades de Austin y Taylor. En Taylor, la empresa está desarrollando un proyecto de semiconductores que se espera concluya a finales de 2027. Esta planta será crucial en la producción de nodos avanzados de 2 nanómetros, que serán utilizados por gigantes tecnológicos como NVIDIA. La inversión total del campus en Taylor ha alcanzado los 37.000 millones de dólares, a pesar de haber reducido 8.000 millones del plan original debido a desafíos económicos globales.
Se estima que la expansión generará cerca de 10.000 empleos en la región, fortaleciendo así su posición en el liderazgo tecnológico desde Estados Unidos. Además, Samsung podría estar considerando trasladar la producción de electrodomésticos y televisores a nuevas plantas en el país, en el contexto de un reajuste global de sus líneas de fabricación.
Todo indica que el anuncio formal dependerá del cierre de las negociaciones entre Washington y Seúl, con un posible acuerdo en los próximos días. Trump no ha dudado en atribuir estas inversiones a su estrategia arancelaria, la cual pretendía fortalecer la industria estadounidense.
Esta inversión de Samsung podría ser un nuevo capítulo en la guerra comercial tecnológica, con Estados Unidos buscando consolidar su soberanía en sectores clave mediante la relocalización industrial. Los beneficios a largo plazo de esta política dependerán de la estabilidad regulatoria, la formación de talento local y la competitividad en costos frente a otros países.
