Samsung ha dado un paso importante para dejar atrás los problemas que arrastraba en la fabricación de semiconductores con su proceso de 4 nanómetros. Esta tecnología, que había sido un dolor de cabeza para la compañía debido a problemas de rendimiento que le costaron contratos frente a su competidor TSMC, ha mejorado notablemente. Los últimos informes indican que las tasas de rendimiento han alcanzado un rango entre el 60 y el 70 %, lo que se traduce en un nuevo contrato de más de 100 millones de dólares con Tsavorite Scalable Intelligence, una firma estadounidense especializada en inteligencia artificial.
Con base en información de medios surcoreanos, Samsung Foundry fabricará un chip OPU (Omni Processing Unit) para Tsavorite. Este modelo integrará CPU, GPU y memoria en un solo encapsulado, diseñado para soportar las cargas de trabajo de inteligencia artificial de última generación. El contrato, cuyo valor se estima en unos 150.000 millones de wones, marca un cambio significativo para Samsung que ahora se posiciona como un proveedor competitivo en el mercado de semiconductores avanzados.
El proceso de 4 nm había sido durante mucho tiempo un desafío para Samsung. Las bajas tasas de éxito en la producción inicial hicieron que muchas empresas optaran por TSMC, el líder del sector. Sin embargo, la estabilización de las tasas de rendimiento permite ahora que Samsung ofrezca un proceso viable para grandes volúmenes comerciales. Este avance es crucial para clientes como Tsavorite, que busca expandir rápidamente su capacidad de cómputo en IA, optando por un nodo que, aunque no es el más avanzado, es más maduro y económicamente viable.
El concepto de Omni Processing Unit que Samsung producirá está pensado para superar limitaciones tradicionales de chips de IA, como los cuellos de botella entre memoria y cálculo. Al integrar todos los componentes en un mismo troquel, se reduce la latencia y mejora la eficiencia energética —elementos críticos en centros de datos que manejan modelos de IA a gran escala.
Aunque la magnitud del contrato de Tsavorite puede parecer modesta en términos absolutos para Samsung, su importancia simbólica es innegable. Refuerza la percepción de que el nodo de 4 nm ha pasado la crisis inicial y muestra que la confianza entre los clientes de IA en Samsung está en recuperación. Este contrato llega junto a otros acuerdo significativos, como pedidos de chips para conducción autónoma de Tesla, fortaleciendo su negocio de fundición con vistas a hacerlo rentable para 2026-2027.
El avance en 4 nm no viene solo, Samsung también se prepara para aumentar la producción de memoria HBM4 de alto rendimiento a partir de 2026. Esta memoria junto con los chip OPU y otros proyectos ambiciosos marcan su estrategia futura. Además, la empresa está desarrollando su nodo de 2 nm con tecnología GAA, buscando hacer sombra a TSMC e intentar disputar el liderazgo en el sector de 3 nm y 2 nm.
El panorama actual favorece a Samsung: la demanda de chips de IA ha sobrecargado la capacidad de TSMC, limitando su respuesta a las necesidades de grandes clientes como NVIDIA y Qualcomm. Así, Samsung busca posicionarse no como un sustituto, sino como una alternativa de peso que ofrezca procesos maduros, capacidad de producción y precios competitivos.
Aunque el contrato con Tsavorite y la estabilización del nodo de 4 nm no aseguran un retorno total de Samsung Foundry, sí sugieren un potencial punto de inflexión. El verdadero reto será el rendimiento de estos nuevos chips, la adopción de tecnologías como la HBM4, y la aceptación de los futuros SoC de 2 nm entre los clientes de alto perfil. Si estos desarrollos cumplen con las expectativas, Samsung podría recortar distancias con TSMC, especialmente en el crucial campo de los chips para inteligencia artificial.








