El aumento del precio de la memoria RAM, especialmente en los módulos DRAM, se ha convertido en una preocupación tangible para toda la industria tecnológica y para los usuarios en general. Samsung, identificado como el mayor fabricante de memoria del mundo, ha hecho oficial una subida de precios de entre el 30 % y 60 %, consolidando así un nuevo esquema financiero que afecta desde usuarios domésticos hasta grandes centros de datos.
Los aumentos en el costo de la memoria no son una sorpresa para aquellos que han estado vigilantes del mercado durante 2024. La baja sostenida en los precios y el exceso de oferta que se mantenían en años anteriores ha sido reemplazado por una creciente demanda de DRAM orientada a satisfacer las necesidades de inteligencia artificial (IA), servidores y servicios en la nube. En las estanterías, esto se traduce en módulos de 16 GB de RAM DDR5 que superan ampliamente los precios de 2023, llegando a costar más de 100 € cuando anteriormente se adquirían por menos de 60 €.
El impacto es incluso más notorio en el ámbito profesional, donde los módulos para servidores y centros de datos han experimentado las subidas más severas. Samsung ha marcado el inicio de esta etapa alcista, siendo la última en mover sus precios al alza, provocando que el resto del mercado se alinee a esta nueva referencia. Los productos de DRAM se han convertido en recursos escasos, especialmente debido a la inteligencia artificial generativa y el entrenamiento de modelos de gran tamaño, sectores que consumen ingentes cantidades de memoria para su funcionamiento.
Concretamente, los módulos DDR5 de 32 GB han saltado de aproximadamente 149 $ a 239 $, mientras que los de 16 GB y 128 GB han experimentado subidas cercanas al 50 %. Esta dinámica ha generado comportamientos de compra por parte de integradores y consumidores que temen futuras subidas o la falta de stock.
Las organizaciones y usuarios enfrentan ahora la difícil decisión de postergar la adquisición de RAM o asumir los nuevos costes. Las recomendaciones para aquellos que ven posible posponer sus compras son claras: si la actualización no es indispensable, se sugiere esperar a que el mercado se estabilice o hasta que nuevos productos puedan aliviar la presión sobre la oferta actual.
Por otra parte, la inteligencia artificial se perfila no como una moda, sino como un factor estructural dentro del mercado de memoria, reconformando el escenario tradicionalmente cíclico del sector. Con la capacidad de producción restringida a tiempos prolongados y a inversiones de gran magnitud, los consumidores deben adaptarse a un nuevo normal caracterizado por precios más altos de la memoria RAM. Mientras tanto, las estrategias para enfrentar estas alzas pasan por optimización de recursos, priorización de cargas de trabajo y negociaciones más estructuradas con proveedores para asegurar un suministro a mediano plazo.








