Samsung ha tomado la decisión de ajustar su estrategia en el competitivo mundo de la memoria para centrarse de nuevo en los tipos de DRAM que mejor conoce, dejando de lado, al menos parcialmente, HBM3E, la memoria de alta gama que ha estado en el centro de la atención gracias a su vinculación con la inteligencia artificial. La firma surcoreana había trasladado una considerable parte de su producción hacia esta tecnología con la esperanza de competir más de cerca con SK Hynix, un líder consolidado en el mercado de HBM. Sin embargo, Samsung ha dado un giro estratégico para enfocarse en la DRAM de uso general para computadoras de escritorio, portátiles y servidores, justo cuando el mercado de memoria experimenta un ciclo alcista en los precios.
La HBM3E ha sido catalogada como esencial para las unidades de procesamiento gráfico (GPU) utilizadas por gigantes tecnológicos como NVIDIA y AMD. A pesar de su popularidad, los complejos procesos de fabricación han hecho que el margen de ganancia sea menos atractivo de lo anticipado para Samsung. Los extensos requisitos de calidad y las técnicas avanzadas de empaque han desafiado las expectativas iniciales, y los estrechos márgenes han sido un obstáculo, incluso para una empresa de la envergadura de Samsung. Los informes indican que la tasa de beneficio obtenida podría ser cercana al 30 %, significativamente menor comparada con la DRAM convencional que puede alcanzar márgenes operativos superiores al 60 %.
En un contexto donde los precios de la memoria han alcanzado niveles históricos, la decisión de Samsung refleja su intención de capitalizar al máximo el aumento de precios en el mercado de la DRAM. Esta reorientación hacia la producción en DDR5, LPDDR5 y GDDR7 permitirá a Samsung obtener mejores rendimientos a corto plazo, mientras que la demanda de memoria continúa en auge debido a la expansión de la inteligencia artificial y los requerimientos crecientes de procesamiento en los centros de datos.
Para el consumidor, esto significa que, aunque podría haber un aumento en la disponibilidad de ciertos módulos de memoria y una ligera estabilización en los precios, la tendencia refleja que las expectativas de un abaratamiento de la DRAM siguen siendo esquivas. El mercado aún podría ver precios elevados respaldados por la fuerte demanda en múltiples sectores. En relación con las GPU y el mercado de tarjetas gráficas, Samsung también planea reforzar su oferta en GDDR7, posicionándose para suplir las necesidades de fabricantes importantes como NVIDIA, AMD e Intel.
El escenario plantea una paradoja interesante: a pesar del éxito en términos de ventas de HBM3E, la firma encuentra más rentabilidad en la DRAM clásica. Con proyecciones de caídas en el precio medio de venta de la HBM3E, el dilema se centra en si vale la pena seguir invirtiendo en una línea de productos cuando otras áreas parecen más redituables.
Este cambio de enfoque no implica que Samsung renuncie a la HBM. La compañía continuará fabricando HBM3E manteniendo compromisos clave en el ámbito de la inteligencia artificial, pero priorizará asegurar la rentabilidad global de su negocio optimizando la producción de DRAM tradicional. El giro estratégico de Samsung no sólo despertará el interés en el mercado de la tecnología de memoria, sino que también tiene el poder de influir en las tendencias de precios y disponibilidad en todo el ecosistema global hasta 2026.








