El presidente ha ofrecido disculpas públicas en relación al denominado ‘caso Salazar’, asegurando que se tomarán medidas para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables. Durante su declaración, reiteró el compromiso del gobierno con la transparencia y la justicia, y enfatizó que no se tolerarán actos de corrupción bajo su administración. Este escándalo ha generado una fuerte repercusión en la opinión pública y en el ámbito político, aumentando la presión sobre el ejecutivo para actuar con celeridad y contundencia. Analistas políticos consideran que el perdón presidencial es un intento de mitigar el daño a la credibilidad del gobierno.
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