El mercado de las tarjetas gráficas está encaminado hacia una revolución significativa gracias a una innovadora tecnología de memoria que promete cambiar los estándares actuales de la industria. La nueva arquitectura, denominada High-Bandwidth Flash (HBF), es una creación de SanDisk que busca combinar la eficiencia de la memoria NAND 3D con el alto ancho de banda que caracteriza a la HBM. Esta evolución tecnológica podría permitir que las Unidades de Procesamiento Gráfico (GPU) del futuro alcancen impresionantes 4 TB de VRAM, superando con creces a las soluciones más avanzadas basadas en HBM3E de la actualidad.
Tradicionalmente, la evolución de la memoria gráfica ha recorrido un camino desde GDDR3 hasta GDDR7, destacándose por incrementos secuenciales en velocidad, pero con pocas mejoras en términos de capacidad. En el ámbito profesional, la memoria HBM (High Bandwidth Memory) se consolidó como el estándar, gracias a su capacidad de ofrecer un elevado ancho de banda y una eficiente gestión energética. Sin embargo, la aparición de HBF podría significar un cambio radical en este panorama.
SanDisk ha forjado HBF bajo una arquitectura que conjuga NAND 3D BiCS8 con avanzadas capas lógicas, permitiendo accesos paralelos a diferentes submatrices de memoria. Este diseño revolucionario afirma poder multiplicar hasta por 16 la capacidad de almacenamiento respecto a la memoria HBM convencional.
El potencial de HBF se evidencia en su impresionante capacidad de VRAM. Mientras que las actuales GPUs profesionales, como la NVIDIA GB300 Blackwell Ultra, pueden ofrecer hasta 288 GB de HBM3E, una GPU equipada con tecnología HBF podría llegar a contar con asombrosos 4 TB de VRAM. Este salto cuántico en capacidad es particularmente relevante en áreas como la inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento, donde el manejo eficiente de grandes volúmenes de datos es crucial. Con HBF, se vislumbra la posibilidad de procesar modelos de IA de gran escala sin depender de costosos sistemas alternativos de almacenamiento.
Pese a estos avances, la tecnología enfrenta un reto importante: la gestión de la latencia. La estructura de la memoria HBF, basada en NAND pSLC, no alcanza la velocidad de la DRAM presente en HBM o GDDR. Esto hace que su uso sea más adecuado para tareas que no demandan interacciones en tiempo real, como la inferencia en IA, mientras que podría no ser la mejor opción para industrias como los videojuegos, que requieren respuestas instantáneas.
SanDisk aspira a transformar HBF en un estándar abierto dentro del mercado de las GPUs. Actualmente, la fabricación de memoria HBM está concentrada en pocas compañías, lo que se traduce en precios elevados y limitaciones en su oferta. Si HBF logra consolidarse, podría abrir la puerta a un acceso más democratizado a memorias de gran capacidad, ofreciendo alternativas más económicas y escalables para sectores dependientes de la inteligencia artificial y de computación avanzada.
Aún quedan detalles por desvelar, como el ancho de banda definitivo y el verdadero impacto de la latencia, pero la posibilidad de integrar terabytes de VRAM en las tarjetas gráficas supone un cambio de paradigma que podría redefinir cómo se conciben y se emplean estas tecnologías en el futuro. La memoria HBF ha sido apodada el «HBM Killer» por su potencial disruptivo y sus inmensas capacidades. Aunque la latencia presenta ciertos límites, su utilidad en el ámbito de la inteligencia artificial y la computación avanzada podría abrir nuevas fronteras para el desarrollo de hardware más poderoso y accesible.
La pregunta ahora es si los fabricantes adoptarán este novedoso estándar y si realmente podría competir cara a cara con HBM en términos de rendimiento y eficiencia. La industria observa con expectativa este desarrollo, ya que podría marcar el inicio de una nueva era para las GPUs.