El Ministerio de Sanidad de España, en colaboración con otros ministerios y entidades científicas, comenzará en diciembre un innovador estudio estatal sobre el impacto de sustancias químicas cotidianas en la salud, dentro de un nuevo programa de biomonitorización humana. Este estudio analizará contaminantes en 3.000 personas seleccionadas de un total de 14.000 familias consultadas. Las muestras de sangre, pelo y orina serán evaluadas en laboratorios para detectar unos 40 contaminantes, incluyendo plomo y mercurio. Al igual que en Estados Unidos, donde este tipo de estudios llevaron a la prohibición del plomo en gasolina, la investigación busca identificar fuentes de exposición y efecto en la salud, facilitando la creación de políticas públicas basadas en evidencia. Con un presupuesto de cinco millones de euros, el proyecto busca ser pionero en el ámbito nacional y europeo, complementando la información de las Encuestas Nacionales de Salud para generar políticas preventivas. Los resultados, esperados en dos años, permitirán medir exposiciones ambientales y podrán dar lugar a recomendaciones precisas, como evitar utensilios de cocina de plástico negro, apuntando a una mejor regulación y control de sustancias químicas en beneficio de la población.
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