El expresidente francés Nicolas Sarkozy calificó su experiencia en prisión como una «pesadilla» en un alegato por videoconferencia, mientras espera la decisión del Tribunal de Apelación sobre su solicitud de libertad, prevista para este lunes. Agradeció al personal penitenciario por hacer la experiencia «soportable». La Fiscalía recomendó su liberación bajo control judicial, tras 20 días encarcelado por acusaciones de financiación ilegal de campaña. En su declaración, con signos de inquietud, negó riesgo de fuga y denunció una «manipulación» relacionada con la obtención de fondos del régimen de Gadafi. Su familia, incluyendo su esposa Carla Bruni, asistió al juicio, que generó gran expectación mediática.
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