El canciller alemán Olaf Scholz se enfrenta a unas elecciones anticipadas clave el 23 de febrero, centrando su campaña en las cuestiones de paz y seguridad, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania. A pesar de liderar una coalición que se disolvió antes del final de su mandato, Scholz cuenta con el respaldo unánime del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) para su candidatura. Los sondeos lo colocan detrás de los democristianos y la extrema derecha, mientras él resalta su experiencia en gestión de crisis internacionales. Mantuvo su posición de no enviar misiles a Ucrania ni permitir ataques con armas alemanas en territorio ruso, buscando así evitar una escalada bélica entre la OTAN y Rusia. Scholz se presenta como un defensor de la cohesión social y de impuestos más altos para los ricos, buscando diferenciarse de su oponente democristiano Friedrich Merz. Aunque enfrenta una campaña difícil, Scholz apuesta por su experiencia y moderación como sus principales baluartes.
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