El abogado estadounidense Robert Amsterdam lanza graves acusaciones contra la Agencia Tributaria española, a la que compara con la mafia por sus métodos recaudatorios. Su denuncia abre un debate incómodo, pero necesario, sobre el uso del poder fiscal en nuestro país.
💬 “Esto no es recaudar, es extorsionar”
Las declaraciones del abogado internacional Robert Amsterdam en una reciente entrevista con The Objective no han pasado desapercibidas. El jurista, con experiencia en más de 30 países, acusa a la Agencia Tributaria de España de actuar “fuera de la ley”, con prácticas que califica de “coercitivas, intimidatorias y abusivas”, y que —según su denuncia— atentan contra derechos fundamentales.
No se trata de una crítica más a la presión fiscal. Lo que Amsterdam expone es algo mucho más profundo: un modelo recaudatorio que, según él, castiga al ciudadano, hunde empresas y desincentiva la inversión extranjera. Sus palabras son duras, pero obligan a reflexionar: ¿funciona Hacienda como debería en un Estado democrático?
📌 Un sistema con incentivos perversos
Una de las principales acusaciones es la existencia de un sistema de bonus para inspectores fiscales, que les recompensa por la cuantía de las sanciones impuestas. Y lo más grave, apunta Amsterdam, es que esos incentivos se mantienen aunque los tribunales anulen las sanciones años después.
“Cuando premiamos al que recauda más, sin importar si tenía razón, el resultado no es justicia, sino presión. Es como poner una diana en cada autónomo, cada pyme, cada ciudadano con algo de patrimonio”, advertía.
🚫 Pagar antes de recurrir, esperar años para justicia
Otro de los elementos más cuestionados es la obligación de pagar antes de poder recurrir una sanción fiscal, lo que deja a muchos ciudadanos indefensos ante errores o abusos. A esto se suma la lentitud de los procedimientos: hasta diez años de litigio para que un tribunal dé la razón al contribuyente.
Con estos elementos, muchos acaban pactando con Hacienda, aunque estén convencidos de su inocencia. “Eso no es justicia tributaria. Es resignación ante una máquina que no puedes parar”, denuncia el abogado.
🕵️♂️ Prácticas invasivas que rozan el acoso
Amsterdam también alerta sobre prácticas intrusivas de la Agencia Tributaria: entrevistas a familiares, visitas a escuelas, inspección de redes sociales, rastreo de obituarios… Todo para encontrar indicios que permitan embargar cuentas, intervenir bienes o imponer sanciones.
Señala incluso que la publicación de listas de deudores sin sentencia firme es una forma de “humillación pública” que vulnera el principio de presunción de inocencia.
📉 Consecuencias para la economía
Más allá de lo personal, el abogado advierte que este clima fiscal genera efectos económicos preocupantes:
- Empresas extranjeras que deciden no invertir en España por miedo a la arbitrariedad fiscal.
- Emprendedores que se trasladan a otros países con entornos más seguros.
- Destrucción de pymes por embargos prematuros y sanciones desproporcionadas.
“Esto no solo afecta a los ricos. Es una amenaza estructural para la economía productiva”, afirma.
⚠️ Un problema que trasciende partidos
Amsterdam es claro al afirmar que no se trata de una cuestión partidista, aunque acusa al actual Gobierno de haber agudizado estas prácticas. “Esto no es del PSOE ni del PP. Es del sistema político español, que ha convertido a Hacienda en un instrumento de poder más que de servicio público”.
🛠️ ¿Y si reformamos de verdad?
Frente a esta situación, propone medidas de sentido común que muchos contribuyentes compartirían:
- Eliminar los bonus por sanciones.
- Permitir recursos antes del pago.
- Asegurar la independencia de los tribunales fiscales.
- Proteger los derechos fundamentales del contribuyente.
✍️ Una crítica incómoda, pero saludable
Puede que a muchos les moleste el tono de Amsterdam. Puede que incluso exagere. Pero lo que denuncia está ahí: miles de personas atrapadas en procesos eternos, pymes cerradas, miedo a hablar, falta de garantías. Su testimonio es una llamada de atención sobre un problema que rara vez ocupa portadas, pero que afecta al corazón del contrato social: la relación entre ciudadano y Estado.
Si queremos que Hacienda cumpla su función sin sembrar miedo, necesitamos hablar de esto. Sin prejuicios, sin trincheras. Con datos, con reformas. Con justicia.
