Durante el verano, la probabilidad de que un móvil termine mojado aumenta debido a situaciones como la playa, la piscina o accidentes con bebidas. Es crucial saber cómo reaccionar correctamente para evitar daños irreparables. No se debe encender el dispositivo de inmediato, ya que esto podría causar un cortocircuito, ni utilizar el arroz como remedio, puesto que no es efectivo y puede empeorar la situación al introducir partículas en los puertos. También se deben evitar las fuentes de calor directo que puedan dañar componentes internos o la batería. Nunca conectes el cargador ni auriculares hasta que los puertos estén completamente secos, y no agites el teléfono para intentar expulsar el agua. Lo recomendable es apagar el móvil, secarlo externamente con un paño y, si es posible, acudir a un servicio técnico si ha entrado agua salada o clorada. Revisa el grado de resistencia al agua del dispositivo, entendiendo que no es una garantía total contra líquidos. En caso de accidente, la rapidez y evitar errores comunes son clave para la recuperación del móvil.
Leer noticia completa en OK Diario.