En un sorprendente relato sobre la conexión de la realeza británica con lo paranormal, se detalla cómo la reina Isabel II, en 1953, participó en una sesión espiritista en Sandringham para contactar con el espíritu de su padre, el rey Jorge VI. Este interés en lo místico no es nuevo para la familia real; incluso la reina Victoria se involucró en prácticas esotéricas para comunicarse con el fallecido príncipe Alberto. Además, el documental «The King of UFOs» revela otras sesiones privadas protagonizadas por la realeza, incluyendo una con la médium Lilian Bailey. La reina Camila también ha confesado encuentros con fenómenos sobrenaturales. Estas historias, alimentadas por testimonios e investigaciones, mantienen el misterio en torno a las antiguas residencias reales, donde los fantasmas parecen ser parte del patrimonio histórico.
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