En el reciente Open Británico, Jon Rahm y Sergio García tuvieron perspectivas contrastantes sobre sus desempeños. Rahm, con una tarjeta de -3, se sintió insatisfecho, considerando su décimo lugar como «una oportunidad perdida» para continuar el legado de Seve Ballesteros. A pesar de una destacada temporada en grandes torneos, Rahm manifestó frustración por no competir por el título. En contraste, García, también con -3, se muestra optimista, buscando impresionar al capitán de la Ryder para una posible invitación. A pesar de una mala salida y un incidente con su driver roto, García mantiene la esperanza de demostrar su valía en futuras competiciones.
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