En un ambiente dominado por el azul de la grada malagueña, Matteo Berrettini y Jannik Sinner lideraron al equipo italiano a su segunda final consecutiva de la Copa Davis. Berrettini demostró su resurgimiento tras las lesiones, venciendo a Thanasi Kokkinakis en un desafiante encuentro que culminó su retorno a la élite del tenis. Recuperado de múltiples contratiempos físicos que incluyeron el coronavirus y una lesión en la muñeca, su potente saque y derecha demostraron ser inquebrantables. En una muestra de consistencia estratégica, Berrettini esquivó el desempate en el tercer set, dejando a Sinner el camino para sellar la victoria ante el persistente De Miñaur, manteniendo su dominio sobre el australiano y reafirmándose como la mejor raqueta del circuito actual.
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