En muchos departamentos de sistemas es común encontrar una situación recurrente antes de llevar a cabo una actualización compleja: alguien crea un snapshot de la máquina virtual «por si acaso» y continúa confiando en que esta acción ofrece una capa de protección. Sin embargo, al cabo de unos meses, cuando ocurre un fallo en el datastore o el host se vuelve inoperante, la cruda realidad se presenta: el snapshot no era un backup, y la organización se da cuenta de que no cuenta con una copia de seguridad fiable.
En la era actual de virtualización masiva, la comprensión de la diferencia entre un snapshot y un backup sigue siendo una tarea pendiente para muchos. Este no es solo un detalle técnico menor; de hecho, esta comprensión puede ser determinante para la continuidad del negocio.
Un snapshot es esencialmente una imagen del estado de una máquina virtual en un momento preciso. Captura el contenido de los discos virtuales, la configuración de hardware y parámetros de la VM, y puede incluir el estado de memoria y CPU. Desde el punto de vista del hipervisor, el disco original se convierte en solo lectura, y los cambios se registran en archivos «delta». Volver a un snapshot implica desechar esos cambios y regresar al estado original. Por eso, los snapshots son ideales para probar actualizaciones de sistemas operativos o aplicaciones críticas, cambiar configuraciones de red o aplicar parches que podrían afectar la compatibilidad.
No obstante, este método tiene limitaciones que muchos administradores ignoran. A pesar de que los snapshots pueden parecer puntos de restauración en la consola del hipervisor, no son copias independientes. Si el datastore donde se alojan estos archivos se corrompe o se pierde, el snapshot también desaparece. Además, el encadenamiento de varios snapshots puede afectar el rendimiento del almacenamiento, ya que cada lectura y escritura debe recorrer más capas, y el consumo de espacio crece con el tiempo. Los fabricantes recalcan que son herramientas temporales, diseñadas para usarse durante horas o pocos días y no como sustitutos de los backups.
Por otro lado, un backup es una copia consistente e independiente de los datos o de la VM completa, que se guarda fuera del ciclo de vida inmediato de la máquina. Este puede realizarse a nivel de fichero, a nivel de imagen, o mediante soluciones específicas de backup de virtualización integradas con el hipervisor. La clave radica en dónde y cómo se almacena: en una cabina o servidor diferentes, un segundo centro de datos o servicios en la nube, con políticas de retención e histórico como copias diarias, semanales y mensuales. La inmutabilidad es cada vez más común para resistir ataques de ransomware.
El verdadero propósito de un backup no es simplemente permitir volver al estado anterior, sino asegurar la continuidad del negocio ante incidentes como borrados accidentales, corrupciones de sistemas de archivos, errores humanos graves, fallos de hardware, ataques de ransomware o desastres físicos. A diferencia de un snapshot, un backup permite restaurar una VM en otro host o incluso desde otro proveedor, aunque el entorno original esté inoperativo.
En la práctica, los snapshots y backups deben complementarse, cada uno utilizado donde corresponde. Los snapshots son útiles antes de actualizar sistemas críticos, desplegar nuevas versiones de aplicaciones o realizar cambios en la red. Se recomienda mantenerlos solo por un periodo corto y documentarlos adecuadamente.
Por su parte, los backups son esenciales para cumplir con políticas de continuidad de negocio y marcos como ISO 27001, o en servicios críticos como bases de datos y correos electrónicos. Una estrategia de retención clara y el mantenimiento de copias fuera del host principal son prácticas esenciales.
En conclusión, en un mundo cada vez más virtualizado, confiar únicamente en snapshots es arriesgado. La distinción entre snapshot y backup es crucial. Si la copia depende del mismo almacenamiento e hipervisor, no es un backup. Solo una política de copias de seguridad bien diseñada garantiza protección real y continuidad del negocio.








