En el panorama actual de la gestión de sistemas, la práctica de crear snapshots antes de una actualización crítica es una rutina casi institucionalizada. Sin embargo, esta acción que proporciona un aparente respiro de seguridad puede transformarse en una trampa si no se complementa con una estrategia de backup robusta. El escenario es común: un administrador de sistemas captura un snapshot de una máquina virtual antes de proceder con una actualización del ERP. El cambio se realiza con éxito, y el snapshot, destinado a ser temporal, permanece intacto. Los días se convierten en semanas y luego en meses, y el snapshot sigue allí, sin transformación alguna en un backup tangible.
Entonces ocurre lo impensable: un fallo en el datastore, o peor aún, un devastador ataque de ransomware. Ante la pregunta inevitable sobre la localización del backup, el silencio que sigue es desgarrador, y la respuesta «Teníamos un snapshot…» resulta ser una amarga verdad insuficiente. A pesar de los avances en la virtualización masiva, muchos aún confunden un snapshot con un backup. Este error, sin ser un simple tecnicismo, puede determinar el destino del negocio. Un snapshot captura el estado de la máquina virtual en un momento específico, pero cohabita en el mismo almacenamiento que los discos originales, lo que lo convierte en inútil si esa infraestructura falla. En contraste, un backup auténtico resguarda en un sistema independiente, garantizando la recuperación de datos incluso en la peor de las catástrofes.
La regla de oro es clara: «Si la supuesta ‘copia’ depende del mismo almacenamiento y del mismo hipervisor, NO es un backup». Esta afirmación subraya la necesidad de una planificación de recuperación de desastres que permita restaurar desde otra ubicación incluso si el host o datastore original se pierde.
Es importante diferenciar el uso adecuado de snapshots, que pueden ser beneficiosos para pruebas de actualizaciones o parches, pero en ningún caso deberían considerarse la única estrategia de protección de datos. La acumulación indiscriminada de snapshots no solo es riesgosa, sino que puede dejar a las empresas sin margen de maniobra ante situaciones críticas.
Para aquellas organizaciones que desean afinar su estrategia de protección, es fundamental identificar posibles señales de alerta: snapshots inactivos por más de una semana, desconocimiento sobre el punto de recuperación de datos, ausencia de pruebas de restauración de backups, o la falta de backups inmutables son indicativos de que es hora de reevaluar las prácticas actuales.
Para navegar estos desafíos, un whitepaper detallado, patrocinado por Stackscale, está disponible, proporcionando un desglose técnico de snapshots y backups en diversas plataformas y las mejores prácticas para una estrategia integral de protección de datos. Stackscale, con sus soluciones de infraestructura cloud de alto rendimiento, ofrece opciones de almacenamiento avanzadas, incluyendo backups georeplicados para ambientes de misión crítica, asegurando así que la continuidad del negocio no dependa de la suerte, sino de una estrategia bien fundamentada y ejecutada.








