Hace quince años, la juventud española expresó su descontento con el 15-M, promoviendo nuevas fuerzas políticas que desestabilizaron el sistema. Hoy, la situación se ha agravado y la alternativa al actual gobierno se percibe como una simple alternancia de poder, sin auténtico cambio. La reciente manifestación en la plaza de Colón, organizada por ciudadanos descontentos con el gobierno, destacó la falta de liderazgo de los partidos opositores, como Vox y el PP, que no lograron unirse para ofrecer una verdadera alternativa. La sociedad civil demanda un cambio que los partidos tradicionales no están proporcionando, evidenciando una desconexión entre la política y las necesidades del pueblo.
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