Refrescar el hogar en verano sin aire acondicionado es posible mediante soluciones arquitectónicas tradicionales, que mejoran la calidad del aire y reducen el consumo energético. La ventilación cruzada, un método avalado por la arquitectura bioclimática, consiste en generar corrientes de aire naturales al abrir ventanas y puertas opuestas. Marcelo Seia explica que esta técnica no solo regula la temperatura, sino que también mejora la calidad del aire, eliminando contaminantes y favoreciendo un entorno saludable. Además, es útil durante todo el año, eliminando humedades y olores en climas fríos. Se recomienda usar rejillas, extractores y vegetación para optimizar el flujo de aire, evitando cerramientos de cristal que limitan la ventilación.
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