El reconocido fotógrafo neoyorquino Spencer Tunick reunió a cerca de 1.000 voluntarios en un olivar de Granada para una sesión artística en la que posaron desnudos y pintados de verde. Esta instalación, encargada por una empresa cervecera, buscaba fusionar el cuerpo humano con el paisaje natural, trasladando la urbanidad al entorno rural. A pesar de las altas temperaturas y algún desvanecimiento, los participantes cumplieron con la experiencia única que transforma a Tunick en una figura influyente mundialmente. En las semanas siguientes, el artista seleccionará la imagen final de su obra «Retrato Alhambra 1925» para presentarla al público.
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