En 2024, Starlink, el servicio de internet satelital de SpaceX, alcanzó un hito significativo al lograr un beneficio neto de 72,7 millones de dólares, marcando su primer año con resultados positivos. A pesar de este avance, la expansión global y los costes operativos continúan absorbiendo gran parte de los ingresos, dejando entrever que aún falta camino por recorrer para garantizar la viabilidad de proyectos más ambiciosos, como el desarrollo del cohete Starship.
De acuerdo con los estados financieros registrados en la Cámara de Comercio de los Países Bajos, Starlink generó 2.700 millones de dólares en ingresos durante el 2024, casi el doble respecto al año anterior. Sin embargo, los costes directos alcanzaron los 2.500 millones, resultando en un margen bruto del 7% y un beneficio bruto de aproximadamente 200 millones. Tras deducir impuestos y otros gastos, el beneficio neto se reduce a poco más de 70 millones, una cifra que representa un crecimiento espectacular si se compara con las pérdidas de 30,7 millones registradas en 2023.
No obstante, el informe indica que SpaceX deberá proporcionar financiación adicional para satisfacer las necesidades de liquidez de Starlink en los próximos meses. Europa ha emergido como el mercado más importante para el servicio, impulsando su expansión global y justificando los altos costes estructurales asociados al despliegue de satélites en órbita baja (LEO). Este modelo difiere de competidores como Echostar y Viasat, que operan en órbitas más altas y reportan márgenes brutos superiores.
Starlink, todavía en una fase de expansión intensiva, encara un desafío financiero significativo al tener que invertir en nuevas terminales y lanzamientos para cada cliente adicional. Aunque las suscripciones mensuales sugieren que la rentabilidad es alcanzable a largo plazo, los beneficios actuales no son suficientes para financiar el desarrollo del proyecto Starship, que exige inversiones multimillonarias.
Este contexto refuerza la necesidad de que SpaceX busque otras fuentes de financiación, como contratos con la NASA y rondas de inversión privada, para sustentar sus ambiciones interplanetarias. Mientras tanto, Starlink progresa como una fuente de ingresos estratégica, aunque su capacidad de convertirse en un pilar financiero sólido para SpaceX aún está por confirmarse. La conectividad global espacial avanza, pero su plena rentabilidad sigue en espera.