La operadora de telecomunicaciones saudí Saudi Telecom Company (STC) está dando pasos firmes para consolidar y aumentar su participación en Telefónica, en una movida que podría redefinir el panorama accionarial de la teleco española.
STC espera que el Gobierno español apruebe en breve su petición para alcanzar el 10% de Telefónica. Esta solicitud, presentada a finales de junio, está siendo analizada por el Ejecutivo, que tiene un plazo de tres meses para pronunciarse. El Ministerio de Defensa lidera el proceso de aprobación debido a la naturaleza estratégica de Telefónica como proveedora de servicios para dicho ministerio.
Lo que resulta aún más significativo es que STC no descarta aumentar su participación por encima del 10% en el futuro. De hecho, según fuentes cercanas a la operación, la compañía saudí da por hecho que alcanzará el 9,9% y planea comprar más acciones hasta llegar a un techo del 15%. Esta estrategia convertiría a STC en el principal accionista de Telefónica, superando incluso a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que actualmente posee el 10% del capital social.
El jueves pasado, el CEO de STC, Olayan Alwetaid, se reunió con el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo. Este encuentro, que el propio ministro comunicó a través de redes sociales, fue descrito como parte de un «diálogo transparente, permanente y cercano». La reunión se interpreta como un paso más en la intensificación de las negociaciones entre el Gobierno español y STC para aprobar la entrada de la compañía saudí en Telefónica.
La posible entrada de STC con una participación tan significativa ha tenido un impacto positivo en el mercado. La acción de Telefónica ha experimentado un aumento del 22% en lo que va de 2024, reflejando el optimismo de los inversores ante estos movimientos.
Sin embargo, esta situación también plantea desafíos para la gestión de Telefónica. La entrada de un accionista tan importante podría implicar cambios en el Consejo de Administración y en la estrategia de la compañía a largo plazo.
Es importante señalar que el principal accionista de STC es el Fondo Soberano de Arabia Saudí, lo que añade una dimensión geopolítica a la operación. El Gobierno español deberá considerar cuidadosamente las implicaciones estratégicas de permitir una participación tan significativa de un fondo extranjero en una empresa clave para las telecomunicaciones nacionales.
En resumen, la inminente decisión del Gobierno español sobre la participación de STC en Telefónica marcará un hito importante en la historia reciente de la teleco. Si se aprueba, como se espera, podría abrir la puerta a una mayor influencia saudí en uno de los pilares de las telecomunicaciones españolas y europeas. El equilibrio entre la atracción de inversión extranjera y la protección de los intereses estratégicos nacionales será crucial en los próximos pasos de esta operación.