El mercado laboral se encuentra en medio de una transformación profunda que está redefiniendo los parámetros de la empleabilidad. Según un análisis realizado por Steelter, una plataforma especializada en talento y habilidades blandas, se anticipa que para 2026 los criterios que determinan el éxito profesional dejarán de basarse exclusivamente en la experiencia acumulada. En su lugar, aspectos como el encaje cultural, el bienestar laboral y las competencias transversales se elevarán como factores determinantes.
En esta nueva realidad, los profesionales están buscando relaciones laborales que se alineen con sus valores y expectativas personales. Priorizar el desarrollo personal sobre la mera remuneración se ha vuelto crucial. De hecho, más del 70% de los trabajadores señala que valoran más las oportunidades de aprendizaje continuo que el salario, destacando así la importancia de invertir en el desarrollo de habilidades blandas.
Las proyecciones actuales señalan que para 2026 las áreas con mayor demanda se concentrarán en sectores como la tecnología, la sostenibilidad, la logística y la atención sociosanitaria. Sin embargo, más allá de las habilidades técnicas, las competencias como la comunicación, la adaptabilidad y la gestión emocional se han convertido en esenciales para sobresalir en el competitivo entorno laboral.
José Luis Marcó, fundador y presidente no ejecutivo de Steelter, subraya que si bien la experiencia profesional tiene su peso, lo que realmente distingue a un candidato es su capacidad para adaptarse y colaborar en equipo. La evolución de los empleados dentro del contexto corporativo será crucial para mantener su empleabilidad.
Un cambio significativo es la profesionalización de las habilidades blandas, que históricamente eran difíciles de evaluar. Con los avances en análisis de datos y la inteligencia artificial, Steelter ha desarrollado un modelo que evalúa hasta 26 habilidades blandas de manera objetiva, ofreciendo a las empresas herramientas para formar equipos más equilibrados, mejorar el encaje cultural y reducir la rotación de personal.
Este nuevo enfoque está configurando un mercado laboral más humano y estratégico, donde la salud emocional, el crecimiento continuo y una evaluación precisa del talento adquieren una relevancia sin precedentes. Los profesionales deben asumir un papel proactivo en su desarrollo, mientras que las empresas deberán adaptar sus sistemas de gestión para atraer y retener nuevos talentos. De esta manera, el año 2026 se perfila como un punto de inflexión hacia un mercado laboral consciente y sustentado en datos reales.








