En Polonia, las elecciones presidenciales generan una intensa expectativa con Rafał Trzaskowski y Karol Nawrocki compitiendo por suceder a Andzej Duda. Los primeros sondeos indican una reñida contienda, con ligeras ventajas alternadas entre ambos candidatos. La posibilidad de que Trzaskowski gane resulta crucial para las reformas prometidas por el gobierno liderado por Donald Tusk, mientras que una victoria de Nawrocki podría intensificar la polarización política. La participación electoral alcanzó el 71,7%, reflejando un alto compromiso ciudadano en una jornada marcada por celebraciones y festejos. Con los resultados finales aún pendientes, el ambiente es tenso, y existe la posibilidad de impugnaciones que podrían desencadenar una crisis institucional. El futuro político de Polonia aparece estrechamente ligado al desenlace de estas decisivas elecciones.
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