Joan T. y Deià Villanueva representan dos manifestaciones del agotamiento moderno: el burnout, resultado de una presión laboral excesiva, y el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), una enfermedad incapacitante. Mientras Joan recupera su identidad más allá del trabajo con ayuda de la terapia, Deià planifica meticulosamente sus actividades para manejar la fatiga. El SFC afecta aproximadamente al 0,3-0,5% de la población, dificultando el diagnóstico por la falta de pruebas específicas y obligando a descartar otras causas. Por otro lado, el burnout refleja un malestar social extendido, exacerbado por la pandemia y derivado de la trampa de la hiperproductividad. Especialistas advierten que la autoexplotación se ha vuelto común, ocasionando un cansancio crónico que demanda un replanteamiento de nuestras prioridades y un reconocimiento del descanso como esencial.
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