El Vaticano está ultimando los preparativos para el cónclave destinado a elegir un nuevo Papa, tras la próxima renuncia del Papa Francisco. La Capilla Sixtina ha sido habilitada con estufas y chimeneas donde se quemarán los votos de los cardenales, cuyo humo indicará si hay consenso en la elección. Más de 40 trabajadores, entre técnicos y personal de apoyo, están involucrados en estos preparativos. Un equipo permanecerá para garantizar la operatividad de los sistemas durante el cónclave, que se llevará a cabo con medidas estrictas de aislamiento y seguridad. Se espera una participación de más de 130 cardenales, superando las cifras de elecciones anteriores.
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