La pandemia de COVID-19 transformó significativamente nuestras rutinas y la manera en que percibimos nuestros hogares. Durante el confinamiento, los espacios abiertos ganaron popularidad al proporcionar amplitud y fluidez entre las distintas áreas de la vivienda. Sin embargo, recientemente han surgido nuevas tendencias que ponen en cuestión esta preferencia, promoviendo un retorno a espacios más cerrados y privados.
Expertos en diseño y arquitectura destacan que la demanda de zonas íntimas y aisladas está en aumento. Esto se debe, en parte, a que muchas personas siguen trabajando desde casa y necesitan espacios específicos para concentrarse sin interrupciones. En este contexto, la buena acústica y la privacidad se han convertido en aspectos muy valorados.
Además, ha crecido el deseo de personalización. Los espacios cerrados brindan la oportunidad de reflejar estilos personales mediante una decoración más detallada, creando ambientes definidos y acogedores. La eficiencia energética también es una preocupación creciente, ya que los espacios cerrados son más fáciles de calentar o enfriar, un factor crucial ante el aumento de los costos de energía y el cambio climático.
El bienestar emocional y mental también influye en el diseño de hogares. Espacios íntimos y acogedores pueden generar ambientes más tranquilos y relajantes, ofreciendo un refugio frente a la sensación de vacío que pueden generar las áreas abiertas.
Arquitectos y diseñadores están explorando formas innovadoras para integrar estas necesidades. Proponen un enfoque híbrido que combine espacios abiertos con divisores creativos, como estanterías o paneles móviles, permitiendo flexibilidad según las necesidades del usuario.
Las encuestas reflejan un cambio palpable en las preferencias habitacionales, con creciente interés en casas que ofrezcan cuartos multifuncionales para trabajar, estudiar o relajarse sin distracciones.
Aunque los espacios abiertos gozaron de popularidad, la realidad de un hogar multifuncional y privado está tomando fuerza. Estos cambios en las necesidades sugieren que el regreso a espacios más cerrados podría convertirse en una nueva norma en el diseño de interiores, buscando un equilibrio entre comodidad y funcionalidad en cada rincón del hogar.